Entender, planificar y utilizar correctamente el almacenamiento intermedio. Cuando los procesos de una empresa se paralizan y provocan interrupciones, las causas pueden ser muy diversas. El suministro de componentes para la producción puede retrasarse e interrumpir o bloquear las rutas de transporte disponibles. La demanda del mercado está sujeta a fluctuaciones de la demanda. Los problemas técnicos en las propias operaciones de la empresa también pueden perjudicar los procesos de producción y el reabastecimiento asociado. Unas existencias reguladoras pueden amortiguar los imponderables mencionados.
¿Qué es un almacén regulador?
Un almacén regulador conecta dos etapas sucesivas del proceso para garantizar un flujo fluido sin interrupciones en la producción, la preparación de pedidos o la entrega.
Ventajas e inconvenientes
Un almacén intermedio ofrece las siguientes ventajas:
- Aumentar la productividad utilizando el espacio necesario y garantizando así el abastecimiento de los distintos procesos.
- La disponibilidad de mercancías en existencias reguladoras evita retrasos en el flujo de materiales e interrupciones en los procesos de producción.
- La conexión con otras áreas de trabajo, como la preparación de pedidos, la formación de conjuntos, el control de reaprovisionamiento, pero también el almacenamiento de mercancías, acelera los procesos.
- Optimizar el uso del espacio de almacenamiento también produce efectos sinérgicos.
- Los productos del tampón pueden someterse a pruebas posteriores sin influir en el propio proceso.
Las desventajas se deben a:
- Costes del sistema de almacenamiento, equipamiento y almacenamiento (espacio necesario, estanterías, etc.).
- Esfuerzo organizativo y administrativo de los procesos en el almacén regulador.
Concepto de tienda tampón
En un almacén intermedio (también denominado almacén a corto plazo, almacén regulador o almacén provisional) se almacenan temporalmente materiales que vuelven a necesitarse en el proceso de producción tras un breve periodo de tiempo.
Por definición, el almacenamiento intermedio debe garantizar un proceso de producción rápido y sin problemas. El almacenamiento intermedio suele ser necesario en logística a la entrada y salida de mercancías o entre dos fases sucesivas de producción. En los almacenes intermedios no suele haber una ubicación fija para las mercancías almacenadas. La estructura del almacén intermedio y su tamaño dependen de los requisitos operativos en las fases del proceso, los costes de almacenamiento resultantes y el riesgo de posibles factores perturbadores.
A la hora de planificar un almacén intermedio o almacén de corta estancia en intralogística, hay que tener en cuenta las superficies intermedias disponibles, el programa de producción, el sistema de almacenamiento y los procesos de trabajo que se llevan a cabo. Para poder almacenar los materiales necesarios, además de un espacio de almacenamiento suficiente, debe garantizarse el abastecimiento continuo y puntual del proceso de producción, así como la capacidad de entrada de mercancías.
Además, debe instalarse un almacén regulador donde se necesiten las mercancías. Debe estar situado lo más cerca posible de los puntos de consumo. El almacén regulador puede diseñarse como almacén de bloques (sin estanterías) o con estanterías, por ejemplo, como estanterías simples o como sistema de estanterías dinámicas paletizadas (PDS) con soporte de lanzadera o también como estanterías de carrusel.
Conclusión
Dependiendo de la fase del proceso, el almacenamiento a corto plazo forma una reserva entre dos fases de trabajo y puede absorber las fluctuaciones del proceso y evitar así paradas de producción. Existe una relación directa entre la seguridad y la rentabilidad de un almacén regulador.
Mientras que un almacén pequeño con pocas ubicaciones en el sistema puede funcionar de forma más económica porque genera menos costes, un almacén demasiado pequeño puede provocar tiempos de inactividad del sistema. Un almacén grande aumenta la seguridad, pero también los costes de instalación y funcionamiento.
